Peder un hijo es la peor maldición que le puede tocar a un ser humano, y dos a la vez imaginenlo. Lara y Martina fueron dos soles que iluminaron mi vida durante el tiempo que estuvieron dentro mío. Ellas supieron acompañarme durante siete meses y medio y supieron darme todo lo que una madre necesita para ser feliz.
Podía reconocer a cada una de ellas, cuales eran sus gustos, parecía que me entendían cuando les hablaba, siempre respondían con algún movimiento, incluso cuando su padre se acercaba a hablarles. Ellas fueron lo mejor que me pasó en la vida y nunca nada ni nadie podra superarlo.
A aquellas personas que les pasó lo mismo, les mando un gran abrazo y un beso para el alma, porque solo los que vivimos esa terrible experiencia podemos entenderlo.
miércoles, 22 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario