El primero de los acuerdos toltecas dice: “No des nada por
supuesto. Si tienes duda, aclárala. Si sospechas, pregunta. Suponer te hace
inventar historias que envenenan tu alma”.
El segundo aconseja: “Honra tus palabras. Lo que sale de tu boca es lo que eres tú. Si no honras tus palabras, no te estás honrando a ti mismo; si no te honras a ti mismo, no te amas. Honrar tus palabras es ser coherente con lo que piensas y con lo que haces. Así consigues ser auténtico y respetable”.
El tercer acuerdo sentencia: “Haz siempre lo mejor que puedas. Si siempre haces lo mejor que puedes, nunca podrás recriminarte nada o arrepentirte de nada”.
Finalmente, el cuarto aconseja: “No te tomes nada de manera personal. Ni la peor ofensa. Ni el peor desaire. Quien te ofende tiene un veneno que descarga contra ti, por no saber cómo deshacerse de él. Pero el problema es de él y no tuyo”.
El segundo aconseja: “Honra tus palabras. Lo que sale de tu boca es lo que eres tú. Si no honras tus palabras, no te estás honrando a ti mismo; si no te honras a ti mismo, no te amas. Honrar tus palabras es ser coherente con lo que piensas y con lo que haces. Así consigues ser auténtico y respetable”.
El tercer acuerdo sentencia: “Haz siempre lo mejor que puedas. Si siempre haces lo mejor que puedes, nunca podrás recriminarte nada o arrepentirte de nada”.
Finalmente, el cuarto aconseja: “No te tomes nada de manera personal. Ni la peor ofensa. Ni el peor desaire. Quien te ofende tiene un veneno que descarga contra ti, por no saber cómo deshacerse de él. Pero el problema es de él y no tuyo”.
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